martes, 26 de octubre de 2010

Ensayo y reflexión sobre la interpretación del ser humano en su entorno, territorio y espacio en relación a la arquitectura y el hábitat.

Trabajo expuesto en la catedra
Semántica Etnográfica del Espacio Arquitectónico
con la Profesora Larissa Slibe 
basado en una serie de entrevistas documentadas en videos.


          ¿Como vemos las cosas?,  ¿Qué valor o interpretación como seres humanos le damos a cada uno de los elementos que rodean nuestro entorno la relación con nuestro hábitat, el espacio, la forma etc.?, interrogantes como estas están siempre presente, cuando las piensas no de un punto de vista propio, sino cundo te preguntas como ven las cosas las demás personas, no partiendo de una interpretación propia, o de una comprensión propia, ya que muchas veces esa interpretación que hacemos no coincide con el pensar del colectivo o de otra persona. Por ejemplo describir el significado del concepto o de la palabra ESPACIO, del modo como la usamos es un tanto complejo, no por no entender el significado ya que lo usamos a diario, sino lo compleja que llega a ser la palabra y su significado cundo la usamos que varía dependiendo del entorno en que estamos, e incluso del sentido en que la podemos usar.

           El hombre concibe el espacio no de manera inmediata sino mediante un proceso mental, complejo y difícil, el hombre llega a la representación de un espacio abstracto, homogéneo, indefinido, totalizarte, sobre cuya naturaleza han elucubrado mucho los filósofos. Y también el hombre no vive sólo el ahora, porque su presente "está cargado del pasado e hinchado de porvenir" es plenamente consiente de la continuidad y de la totalidad de su vida. Por eso piensa en la muerte y la previene todo ello es impensable en el animal.

          Al revisar los vídeos expuestos en esta entrada del blog, se da una muestra de percepción tan variada que conseguimos al preguntarle a los encuestados el significado de la palabra espacio. Cada individuo interpreta el espacio a su manera, le da significado y lo relaciona automáticamente con sus propias vivencias, con su propio pensar y experiencia que ha sido grabada en su mente.

          Conseguimos respuestas que van desde que es el cielo y las estrellas hasta que es el sitio de expresión libre o como esta: “es el vacio”, o “es todo lo que nos rodea”, o la respuesta siguiente: “es un conjunto de elementos visibles como no visibles, tanto limitados como extensibles que convergen y se relacionan entre sí”, dicha respuesta dada por un matemático, también escuchamos que es el espacio entre palabras es el papel en blanco nos comento una estudiante de arte.

          Precisamente porque el individuo piensa, interpreta y reflexiona responde y ve las cosas de una manera particular, se da cuenta de que existe como humano y está transitado de temporalidad y ya que nosotros como humanos conocemos, pensamos, reflexionamos sobre el pasado, el presente y el futuro, y hasta cierto punto lo podemos orientar o dominarlo, decimos que el hombre es un ser histórico, los animales no tienen historia, ni les interesa. Repiten indefinidamente los ciclos que les impone la naturaleza, y si alguna vez cambian por una mutación genética, ésta es independiente de sus decisiones, es totalmente inconsciente en ellos.

          Uno de los fenómenos más característicos y especificativos del ser humano en cuanto al ser es su función simbolizadora es la capacidad que tiene el individuo y, sólo él, de expresar muchas realidades bajo formas simbólicas que varían dependiendo de la cultura de su entorno e incluso del momento.

          Los símbolos son signos convencionales y, por ello, sólo pertenecen al mundo humano. El símbolo, viene pues, a identificarse con un signo arbitrario, una realidad que por convención admitida, remite a otra. Y esta conlleva a la interpretación de la propia vivencia.

         Es evidente que los hombres somos creadores de símbolos, es decir, que conocemos realidades inmediatamente como son en sí, pero que hay otras que sólo las conocemos o nos las representamos mediante signos convencionales o sistemas de símbolos, al hablar de de cómo es el lugar donde habitamos o como nos gustaría que fuera, nos encontramos con diversas respuestas que van más allá del espacio o la forma, del color o el lugar propiamente dicho, y nos encontramos con expresiones más relacionada con el vivir, con lugares verdes y aéreas abiertas o espaciosas, cercanía de los servicios y baja densidad. Y se me hace hasta irracional que si es un común denominador, (por así decirlo) ya que la mayoría de los entrevistados respondían por un hábitat, por un entorno, nos encontramos con ciudades q agreden nuestra propia naturaleza humana.

           Somos seres sociales, creativos y libres al cual nos han enseñado e inculcado (enajenados, alienados) en nuestro imaginario colectivo, a tal punto de creerlo una verdad y hasta defenderlo, que la ciudad (la ciudad actual) y ciertos sectores de la misma, representan un mejor vivir, nos enseñan por la tv y nuestro día a día, que la vida se basa en mejorar las condiciones de vida y que esto se hace mediante el cambio de apartamentos en sectores que te brindan una mejor calidad de vida.
 ¿Pero qué tan real puede llegar a ser esto?

           Lamentablemente pensamos individualmente (y no es casual ni inocente)  y cuando tomamos decisiones para mejorar nuestra condición de vida nos vamos al inmueble directamente, (mejoro el inmueble mejoro la vida) compramos un apartamento por lo que es y significa el apartamento pero muy poco vemos el edificio y su entorno inmediato, es más importante la zona y el efecto que produce en el status.

            Quizás por eso cuando vamos a la pregunta: ¿de qué color se ve la ciudad? (expuestas en los videos que se muestran a continuacion) Nos encontramos que las respuestas en su mayoría son de color oscuro,  o como decía el adulto mayor entrevistado que en su expresión coloquial típica de una persona no citadina dice que la ve de color hormiga, pero la respuestas generales variaban entre los verdes oscuros gris y negro, y cuando se decía roja era por la violencia o inseguridad de la misma.

           ¿Pero realmente respondían al color de la ciudad? ¿O, a la sensación expresada simbólicamente del sentimiento que la ciudad le produce a cada individuo, según su propio imaginario y vivencias? Esto me lo pregunto porque al entrevistar a los niños las respuestas cambian y en su mayoría la ven entre los amarillos y verdes muy brillante incluso un niño dijo que era dorada, esto me causo curiosidad y retome las entrevistas y empecé en mi sector a preguntarle a los niños de qué color ven la ciudad. Sorprendiéndome de que en su mayoría no la ven oscura. Esto es quizás por su propia vivencia, el juego el aprender el compartir ven la vida de otra manera de otro enfoque creando sus propios símbolos sus propios códigos e interpretaciones.

          El hombre no vive solamente en un universo físico como el animal, sino en un universo simbólico toma conciencia de sí a través de símbolos de códigos. Una clase social, una nación, adquieren conciencia de sí por sus símbolos (la hoz y el martillo, la bandera, etc) el hombre ha encontrado la manera de conocer y expresar realidades que se hacen inteligibles para todos mediante símbolos, ya que el símbolo se hace presente, de algún modo, lo simbolizado.

            Los individuos requieren cinco sentidos para relacionarse con su entorno. La acción de organizar la información del entorno para que llegue a tener un sentido es a lo que llamamos percepción, que resulta ser un proceso cognoscitivo. Ayuda a los individuos a seleccionar, organizar, almacenar e interpretar los estímulos dentro de una interpretación coherente del mundo.

           Dado que cada persona da a los estímulos un significado propio, los diferentes individuos “ven” una misma cosa de distinta forma, e incluso puede cambiar su visión de la misma cosa dándole interpretaciones distintas en tempos diferentes. Cada individuo en su percepción es de alguna forma un artista no figurativo que estuviera pintando un cuadro del mundo que expresara su visión individual de la realidad.

            La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana : no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas.

            Es por ello que la arquitectura no deriva de una suma de longitudes, anchuras y alturas de los elementos constructivos que envuelven el espacio, sino que se origina propiamente del vacío, del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven se expresan y se mueven.

            La esencia de la arquitectura es la creación del espacio (arquitectónico y urbano), que debe constituir el ambiente adecuado para las actividades humanas según un sistema de condicionamientos diversos, esta es una creación humana, y por tanto un componente de la sociedad y la cultura, pero en el mundo actual, con la globalización y el hegemonismo ideológico del capitalismo, se divulga, se persuade o sencillamente se impone desde los centros de poder esquemas y patrones ajenos al contexto socio-cultural de nuestros países. En relación con los valores de cultura e identidad la práctica cotidiana de la arquitectura  a mi parecer avanza hacia un  desastre, dilapidando sus tesoros culturales y sociales, poniéndose al servicio de la voracidad especulativa vigente, habitarse a sí mismo en un punto crucial de la arquitectura que tiene que ver con una ética de la profesión. “¿Cuándo me topo con arquitectura auténtica?: Cuando encuentro un trabajo constructivo que le da al hombre su lugar". (Cita tomada del Arquitecto Cubano Elio Pérez Ramírez Máster en Educación Superior Profesor de Proyecto Arquitectónico Departamento de Arquitectura Universidad de Camagüey, Cuba).

            En nuestra realidad, la deficiente concepción de edificios, espacios y conjuntos urbanísticos son el ejemplo de la necesidad de crear el espacio o ambiente humanizado. Considerando la satisfacción del ser humano como esencia de la arquitectura, retomo una cita del ensayo Fundamentos para la formación socio-humanista del arquitecto, donde el mexicano José Villagrán, decía que las formas de Arquitectura poseen cuatro dimensiones correlativas a las del hombre: la dimensión física, la dimensión biológica, la psicológica y la del espíritu o de la cultura, por lo cual la esencia de la Arquitectura está en "construir espacios habitables por el hombre contemplado en su compleja integridad sustancial". En forma más sintética decía que "Arquitectura es el Arte de construir la morada integralmente humana".

           El paradigma de la ciudad como un simple escenario de la vida ha perdido fuerza y debe ser reemplazado por un nuevo concepto de hábitat urbano. Bajo esta visión la sociedad juega un papel totalmente activo en la conformación de su entorno. A través de la historia la conformación de nuestras ciudades ha estado sujeta a presiones y fuerzas de diversas índoles legándonos un entorno deshumanizado que atenta contra necesidades básicas del hombre. Resulta entonces indispensable generar esquemas de desarrollo que nos provean un espacio sano, armónico, participativo, justo y responsable en su relación con el ambiente, podemos citar a Le Corbusier, quien enfoca el tema en una perspectiva social realista de acuerdo a la época, devela una contradicción entre los ideales humanistas como aspiración de la arquitectura, y la sociedad capitalista: " El siglo XX no ha construido para el hombre, ha construido para el dinero".












2 comentarios:

  1. EXCELENTE TRABAJO MUCHACHOS... SIGAN ADELANTE, POR ENCIMA DE LAS DIFICULTADES Y TROPIEZOS... NOSOTROS, LA UBV, LA REVOLUCION Y EL PAIS CONFIAMOS EN USTEDES!!! LARISSA

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  2. Que honor haber coincidido con ustedes!!!! nunca se deja de aprender, de desalienarse... ¡¡¡Arquitectos a la carga!!! A "remodelar" el ideario colectivo...

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